Tarradell necesitaba una identidad que comunicara técnica, diseño y sensibilidad en equilibrio. El sistema visual parte de la construcción conceptual de sus tres pilares:

  • DISEÑO: Representado por una forma sobria y racional, ubicada al inicio para simbolizar claridad y origen del proyecto.

  • RESTAURACIÓN: Una pieza diagonal que “ensambla” y reorganiza, evocando intervención consciente y mejora del espacio existente.

  • CONSTRUCCIÓN: La figura más sólida y vertical, que simboliza estructura, soporte y ejecución.

La paleta está liderada por un tono morado profundo que proyecta elegancia, carácter y reflexión; los verdes aportan equilibrio y renovación; los tonos neutros brindan solidez y atemporalidad.
El resultado es una identidad clara, mínima y memorable que refleja la capacidad de Tarradell para transformar espacios con precisión, visión y sensibilidad arquitectónica.

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